22 Sep 2014

22 Sep 2014

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad.

 

En los últimos años todos hemos sido espectadores del aumento de diagnósticos de trastorno por déficit de atención (con o sin hiperactividad), sobre todo en países desarrollados. Entramos en una era donde TDAH parece ser el trastorno de moda, pero ¿Qué es? El TDA es un problema neurobiológico que altera el circuito de atención, de forma que los niños que la padecen no pueden motivarse adecuadamente para atender. El TDAH además incluye la hiperactividad, no poder controlar bien sus impulsos, movimientos, ni emociones de forma adecuada.

¿Con qué tipo de síntomas podemos sospechar de TDAH?

En el ámbito escolar los profesores se darán cuenta que no progresa adecuadamente a nivel académico y además no se relaciona adecuadamente con los demás. Esto a veces se acompaña de problemas de comportamiento, enfados excesivos o no hacer caso, rebotarse con facilidad, puede ser algunas de las señales de alarma.

 En el ámbito familiar los padres también notarán que su hijo no tuvo un desarrollo normal, si tuvieron más hijos notarán que se ha desarrollado diferente de los demás hijos, o bien que es muy difícil ayudarle a hacer los deberes por que se distrae mucho, o parece un vago, no nos hace caso aún que nos pongamos firmes, pierde cosas, le pedimos que haga algo y se le olvida… todos estos indicios nos están diciendo que algo no va bien. Desde este momento es importante que nos pongamos manos a la obra y busquemos fuentes de ayuda.

El Doctor Vaquerizo-Madrid señala los signos más relevantes referidos a la edad escolar (RevNeurol, 2005; 40: S25-S32):

  1. Pobre disposición para el juego social con otros niños.
  2. Exceso de preferencia por los juegos deportivos sobre los educativos.
  3. Actitud desmontadora ante los juguetes, y pobre interés sostenido por el juego.
  4. Retraso del lenguaje.
  5. Retraso y torpeza en el desarrollo de la motricidad fina adaptativa.
  6. Dificultades para el aprendizaje de los colores, los números y las letras.
  7. Dificultades para el desarrollo gráfico y para la  comprensión de la figura humana.
  8. Inmadurez emocional.
  9. Constantes rabietas y más accidentes que los niños de su  edad.

No debemos olvidarnos de que los síntomas son desproporcionados para lo esperable a su edad y deben de darse por lo menos en dos ambientes; por ejemplo, en su casa y en el colegio.

Tiene TDAH ¿y ahora qué?

Cuando los papás acuden a un profesional deben tener presente que tienen derecho de saber la información referente a las opciones de tratamiento para sus hijos. Esto es relevante para poder trabajar como un equipo con los profesionales que estén tratando a nuestro hijo, y que sea lo más beneficioso posible.

El tratamiento farmacológico ¿para qué sirve? Los fármacos administrados a los niños con TDA(H) siguen un mecanismo de acción especifico teniendo efecto en el sistema nervioso central, con ello se intenta suplir el déficit en neurotransmisores específicos. Es importante saber que alterar la química cerebral trae consecuencias. Por eso es relevante probar con otros métodos menos invasivos, siendo estos más lentos y requieren más esfuerzo, pero tienen menos riesgos. Los fármacos en muchos casos es necesario o recomendable pero es muy relevante tener en cuenta que no trata toda la sintomatología que tiene el niño. Además de los síntomas más directamente relacionados con el TDAH como la impulsividad, el déficit de atención e hiperactividad, estos niños probablemente presentaran problemas en el rendimiento escolar y serán más frágiles emocionalmente.

La terapia psicológica trabaja sobre síntomas que el tratamiento farmacológico por si solo los obvia. Se puede ayudar al niño a comprender sus capacidades y sus dificultades, favorecer el contacto emocional y establecer un estilo de relación distinto tanto del niño con el mundo que lo rodea, como los padres hacia el niño. Muchas veces el medio que le rodea al niño le envía mensajes negativos, haciendo que el niño en su etapa más delicada, la etapa de desarrollo emocional y su autoimagen, construya una autoimagen de torpe, poco capaz o vago. Muchas veces buscan aceptación de sus iguales, lo que puede derivar a otros problemas como el abuso por parte de sus compañeros en la escuela o bullying.

¿Qué es la atención temprana?

Los programas de atención temprana consisten en la potenciación máxima de las posibilidades físicas y mentales del niño, mediante una estimulación continuada y regulada. No se trata de estimular presentando al niño el mayor número de estímulos, sino siguiendo las bases y técnicas científicas basadas en el amplio conocimiento que se debe tener sobre el desarrollo del niño en sus diferentes edades. Estos programas tienen fines preventivos y de tratamiento.

Están dirigidos a niños de 0 a 6 años, que por sus condiciones biológicas o psicosociales presenten trastornos en su desarrollo o con riesgo de padecerlos. Estos programas tienen en cuenta a la familia y al entorno del niño, facilitándoles constante información sobre el desarrollo del tratamiento.

La visión del TDAH desde la óptica de la Atención Temprana, que abarca hasta los 6 años de edad, incluye su oportuna consideración respecto a su diagnóstico precoz y tratamiento, ya que esto permitiría mayores probabilidades de un desarrollo favorable y mejor evolución de la problemática del niño.

¿Qué deben tener en cuenta los padres? 

Los síntomas mencionados anteriormente pueden o no ser indicios de que algo le ocurre al niño. Es relevante comprobar que le está pasando en vez de pensar de que es una etapa solamente y ya se le pasará, para eso hay profesionales que pueden proporcionar pautas de actuación a los padres, así como información y posibles tratamientos. En líneas generales, se ha encontrado que el entrenamiento a padres suele ser efectivo para mejorar los problemas que estos niños manifiestan en el contexto del hogar.

El primer paso para ayudar al pequeño es aceptándolo tal y como es, hacer todo lo posible para optimizar la evolución del niño, y eso lo conseguimos con la ayuda de profesionales como los psicólogos.

Recordemos el TDAH no es la nueva epidemia del siglo XXI, simplemente es un diagnostico que se da con frecuencia, y debemos que luchar para que no haya sobrediagnóstico, una de las formas es conociendo bien nuestro hijo y observar durante tiempo su comportamiento para que los síntomas no se confundan con la actividad normal de un niño, esas energias que todos envidiamos tener!