¿Qué es?
Según Bolby es “el proceso psicológico que se pone en marcha debido a la pérdida de una persona amada”. Es duelo no es un momento, una situación o estado, es un proceso con su inicio y su fin. Se trata de un proceso psicológico o emocional que se pone en marcha debido a la pérdida de una persona amada o querida. Esta pérdida puede ser irreversible como es la muerte o bien la ruptura de una relación.
Uno de los autores que han estudiado con mayor profundidad el duelo C.M. Parkes, sostiene que la reacción de duelo debe entenderse como una transición psicosocial. Esto sería aquellos cambios vitales que requieren que las personas revisen profundamente su concepción del mundo, llevando consigo la necesidad de cambios rápidos y permanentes de hábitos y reglas. Son estos cambios que afectan emocionalmente a las personas, y cuanto más numerosos, y de mayor importancia sean, más doloroso y difícil será adaptarse a la nueva realidad. Además de la transición psicosocial, es relevante el vínculo que compartían la persona presente y la ausente.
El duelo normal o no complicado
El duelo varían en función del género y la aptitud de la persona para sentir emociones, su aptitud para expresarlos, la cultura de su medio social sobre la expresión de las emociones y los contextos socioculturales. Las fases de duelo, sus manifestaciones y el tiempo pueden varían sustancialmente dependiendo de las variables mencionadas anteriormente. En la literatura sobre el tema se describen fases del duelo, de las cuales no tienen por qué seguir una evolución lineal. Según Kubler-Ross, doctora en medicina y psiquiatría, puede considerarse que hay cinco etapas de duelo:
- Negación. Se define como sensación de incredulidad, donde se niega el suceso como primer mecanismo de reducir el impacto emocional.
- Ira. Es un proceso genuinamente emocional manifestándose de múltiples formas: contra las causas del cambio, contra los seres cercanos, o contra las personas que no están presentes en nuestras vidas. Hay que entender que es un sentimiento básico y necesario ante el cambio.
- Negociación. Antes de que suceda el cambio o se haga “real” negociamos, por ejemplo con el tiempo “este no es un buen momento ahora”, “mejor cuando tengamos consolidados otros cambios”… Al fin y al cabo nunca es un buen momento para iniciar un proceso de cambio no deseado. También se puede acompañar de una autoresponsabilización o derivar en sentimientos de culpa.
- Depresión. Se trata de una momento en el cual los sentimientos depresivos están presentes y de tristeza profunda la mayor parte del tiempo. Es una sensación de vacío en la cual nada es motivador y es muy costoso disfrutar de las cosas habituales.
- Aceptación. Constituye un tipo de adaptación emocional y cognoscitiva a la nueva realidad del sujeto.
Duelo patológico o complicado
La tristeza, durante el duelo patológico, es igual o mayor que en el proceso normal pero se agrega la insistencia de pesadillas y sueños de contenido traumático cuyo sentido manifiesto tiene referencia permanente a lo perdido; la persistencia de autorreproches muestra el fracaso de la elaboración del proceso de duelo. (Chapot, Sara L, Mingorance, Daniel L.)
Siguiendo a Parkes y Weiss definimos tres tipos de duelos complicados o patológicos:
- Sindrome de la pérdida inesperada. Se trata de un prolongado estado de shock que impide la reacción emocional completa. Se produce cuando la pérdida ha sido inesperada y/o repentina. En este tipo de duelo se dan dificultades de contacto con la realidad difícil de aceptar, en otras ocasiones predomina la expresión intensa de emociones.
- Síndrome del duelo ambivalente. Se trata de una reacción ante la perdida en la cual están presentes dos sentimientos contradictorios, el alivio de la pérdida o la tristeza por la misma. En primer lugar se suele dar la reacción de alivio, los sentimientos de dolor y desesperanza tardan en aparecer, pero cuando lo hacen configuran un duelo muy intenso, de larga duración y de características autopunitivas.
- Duelo crónico. Se trata de un duelo con evolución aparentemente normal, pero de duración muy prolongada. La duración del duelo está sujeto a cuestiones culturales, por ejemplo, en nuestro contexto sociocultural, se trata de un duelo de duración mayor de dos años.
El duelo no tiene una duración mínima o máxima como hemos mencionado, sin embargo, si una persona se halla atascada en alguna fase durante un tiempo considerable, esto es un indicativo de que algo va mal. El duelo no tiene atajos, es un proceso psicológico normal y necesario para reponernos después de la pérdida de un ser querido o la ruptura de una relación significativa.
Es importante tener en cuenta que aceptar no significa sentirse bien o estar de acuerdo con el pasado, es asumir que hay una nueva realidad y que debemos aprender a vivir con ella.