La norma implícita del silencio
Bullyng,Ciberbullyng,Maltrato entre Iguales o Acoso Escolar ,lo que mejor os parezca para definir una conducta de persecución y agresión entre alumnos. Una conducta que se caracteriza por su sutileza ,cronicidad y pernicioso daño, sea este físico, verbal o relacional. Las cosas que se hacen, o las que se dejan de hacer ,la fuerza de la reiteración .Acciones que por su persistencia hacen mas daño que por su intensidad
Una gotera que no se arregla ,un tictac de un reloj que en la noche de insomnio que retumba en nuestros oídos, semejantes a estas son las agresiones, sutiles y nada infantiles, de los que perpetran entre sombras esta agobiante forma de poder. Los acosadores que con toda la intención, azotan con sus palabras ,con sus chistes sin sentido o con sus dotes de mando, a una victima fragilizada, desprovista del apoyo y ninguneada por aquellos que dicen ser compañeros. La indefensión llega a tal punto que paraliza a la victima y lo único que esta quiere es: evitar ir al colegio , cruzarse con sus agresores, o contar lo ocurrido. Entretanto, testigos mudos, los espectadores pasivos deciden no hablar. Huyen del estigma , “chivato” o del chantaje, de la amenaza emocional de ser victimas también. Si alguien rompe el silencio, desdeñando el acuerdo tácito, haciéndose fuerte contra el miedo, pasa a ser un valiente cuya causa merece ser apoyada .
¿Que hacer una vez que se rompe el silencio?
Profesores, orientadores y tutores, adultos en general, prestemos oídos al que relata historias de odio y mostremos nuestra colaboración, no negando la existencia del hecho, aquello que no se ha visto, poniendo en entredicho y minimizando la situación, diciendo: “son cosas de niños”. Una vez que hay duda merece la pena investigar .Conocer a los encausados, detectar sin ser juez y parte,recogiendo datos, ser objetivos y partir de la idea que hay acoso y solo no lo habrá si se consigue falsear dicha afirmación.
Son pocos los centros educativos que admiten la existencia de acoso.
La presunción de inocencia de la que tanto se habla hoy en día, debe ser entendida desde el punto de vista de la victima .Si hay daño emocional ,aversión a la escuela ,aislamiento o somatización es suficiente para encender las alarmas de la intervención. A muchos centros les cuesta admitir la ocurrencia del acoso y prefieren etiquetar los hechos como: violencia escolar, mal clima en las aulas o en el peor de los casos ,buscan argumentos para corroborar que la victima es provocadora ,o quizás demasiado sensible a las acciones de los supuestos acosadores.Partir de la base de que la victima es débil , una diana fácil ,susceptible de ser acosada es casi como afirmar que se lo merece .Este tipo de pensamiento arraigado en nuestra sociedad ,tremendamente competitiva, es un caldo de cultivo para facilitar acoso como si de un mero proceso de” selección natural ” se tratase .La cara oscura del Darwinismo hitleriano que se reproduce dentro del seno de una sociedad democrática.
La solución para la normalización del problema pasa por la prevención ,mejorando el clima escolar y devolviendo a los centros educativos la seguridad emocional para el desarrollo integral de nuestros menores.Empecemos por la mas tierna edad para evitar tener que poner vallas al campo.